
Entre los restos del naufragio, los berberechos de la Mercedes volvieron a ser los mismos del platito pequeño y el vinagre para comer con palillo, mientras de algún lejano altavoz se volvió a escuchar la voz de Vicente Antolí y Arsenio dando el pregón bajo el viejo reloj de Federico Pastora.
Recuerdos, historias, poemas sentidos de Miguela y Luis, recetas y pasatiempos... todos se extendieron entre las huellas de los zapatos con que bailamos Paquito el chocolatero, en las largas noches de fiesta.
Esta vez fue el fotógrafo el fotografiado y el viaje de regreso lo hicimos con los recuerdos guardados por El Castellano y Piedad, que Mamen se encargó de pasar al papel.
Ahora podemos revivir cualquiera de esos momentos, y a todo color, a través de la edición digital de El Pregón que, como un viejo pecio, emerge desde el pasado.
Todo eso... lo tienes a un solo clic.
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